martes, 31 de julio de 2012

¡El príncipe azul no existe!


Lo siento, no existe, no busques más. Hace tiempo que te observo y no eres feliz, andas buscando algo que creiste tener en tus quince años, piensas que el amor es eso, alguien perfecto, como tú quieres, que este cuando tú quieres y siempre haga lo que esperas....Lo siento, de verdad, no existe nadie así.
Existe gente, como tú y como yo, normales, con miedos, con alegrias, con momentos bajos y con momentos maravillosos, que respiran, que huelen a si mismos, que se apasionan a veces, cuando su cabeza les deja. Deja ya de perderte dentro de tu mundo, no le pongas más hachis a tus tristezas. Esto es dificil, si, nadie te dijo nunca que fuera facil, nadie te ha engañado. Despierta, hay que tener los ojos muy abiertos o te perderas cada momento. No nubles lo que puedes sentir, porque si duele es porque estas viva, disfruta cada momento con quien estes como si fuera el último y crea cada dia algo que recordar mañana. Bañate esta noche en el mar desnuda, deja atras tu busqueda, tus "sustancias" que crees que te ayudan a ser feliz en realidad no dejan que lo seas, ven, dame la mano, yo tambien tengo miedo, no te preocupes, nada duele más que semanas de resaca. Quiero que seas feliz, te lo mereces. Construyete una vida con los trozos de cada dia, y mañana, cuando llores, que haya valido la pena.
Desde que somos niñas, nuestros padres nos leen cuentos de hadas maravillosos donde nuestras heroínas son princesas y nuestros héroes, príncipes. En casi todas las historias, las princesas son bellísimas, jóvenes, con voces de ángel y cinturas de avispa. Amadas por vecinos, animales, enanos, flores, ogros y pretendidas por cientos de valientes caballeros. Ellas cantan, bailan, limpian y no se les mueve un pelo, pero a la hora de defenderse del "mal", quedan paralizadas sin saber qué hacer.
Si bien, todos estos relatos fantásticos cautivan a los niños, sus temáticas hubieran hecho que Freud replanteara toda su teoría de sicoanálisis. En nuestros casos, por ejemplo, la reina "más bella del espejo" pidió que le trajeran el corazón de Blanca Nieves en una caja, a Cenicienta le robaron todo lo que le pertenecía a su papá y la Bella Durmiente fue alejada de sus padres que tanto la adoraban.
Que vidas tan catastróficas habrían tenido estas bellas jovencitas si no hubiera sido por la suerte de haber conocido al príncipe azul, que las salvaría de sus "calamidades domésticas". Con tan solo cantar algunas estrofas de una linda canción y pestañearles unas cuantas veces, un amor a primera vista estaba garantizado para la eternidad. No hubo necesidad de intercambiar "pin", ni de buscarse en Facebook o Twitter, ellos sabían que eran el uno para el otro.

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