viernes, 22 de marzo de 2013

Duele Amar

 
 
 
 
 
Duele amar a alguien y no ser correspondido. Pero lo que es más doloroso es amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo que sientes. Tal vez Dios quiere que nosotros conozcamos a unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para que al fin, cuando la conozcamos, sepamos ser agradecidos por ese maravilloso regalo. Una de las cosas más tristes de la vida ocurre cuando conoces a una persona que significa todo y sólo para darte cuenta que al final no era para ti y tienes que dejarla ir. Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra puerta se abre ante ti, pero algunas veces miras tanto tiempo a aquella puerta que se cerró, que no ves la que se ha abierto frente a ti.

Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero tambien es cierto que no sabemos lo que hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos. Darle a alguien todo tu amor nunca es un seguro de que te amará de regreso, pero no esperes que te amen de regreso; sólo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona, pero si no crece, alégrate porque creció en el tuyo. Hay cosas que te encantará oír que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera, pero no seas tan sordo para no escucharlas de aquella persona que te dice las cosas desde su corazón

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